El mundo de la gastronomía es interesante porque siempre que parece que no hay novedad posible una nueva vuelta de tuerca retuerce y renueva las ideas que teníamos sobre la gastronomía. Cirqloo es el ejemplo perfecto: en el sobreexplotado mundo de los dónuts, rellenos o cubiertos con todas las formas, topping y colores posibles, a nadie se le había ocurrido algo tan simple: rellenarlos de guisos salados de la abuela.
Porque eso es Cirqloo, una curiosidad gastro interesante y, importante, muy rica. Quitaos los prejuicios. No son una cochinada como esas burgers con pan de donut, sino unos donuts hechos a mano de masa salada (o no dulce) rellenos de guisos como el de rabo de toro, el de gamba o el de calamar, hechos con ingredientes de calidad.
Cada variedad viene con una salsa aparte lista para mojar. El de rabo de toro se acompaña de una reducción del guiso con vino tinto, el de calamar con una salsa con tinta negra y el de gambas, por ejemplo, con una reducción del jugo de las cabezas con azafrán.
Se pueden pedir a domicilio, para calentárselos en casa o in situ, donde lo calientan brevemente para que quede a la temperatura ideal. Cuesta unos 8 euros la pieza y, como capricho curioso, sin duda vale la pena. Al fin y a al cabo, si reinvidicamos la recuperación de la cocina tradicional, ¿qué manera más acertada de hacerlo que convertir un guiso de la abuela en un snack pop y callejero?