Cualquier documental sobre la historia de la actividad de la comisaría de Via Laietana durante el franquismo deja los pelos de punta. Cuesta imaginar que en un edificio que está en todo el centro de la ciudad, por donde los barceloneses han pasado decenas de veces, se cometieran las atrocidades que relatan las víctimas de torturas por parte de la policía franquista.
Conocemos, gracias al trabajo de memoria, la represión salvaje que se llevó a cabo en La Modelo (entre otras, el asesinato de Salvador Puig Antich), pero en este edificio que todavía acoge a la Guardia Civil en Barcelona también se torturó con tanta abundancia que hay nombres de algunos torturadores, como Melitón Manzanas, que se ganaron una fama propia. Pero parece que esto por fin cambiará y el bloque de Via Laietana, 43 dejará de ser un recordatorio del horror para pasar a ser un homenaje a la memoria.
El alcalde, Jaume Collboni, ha explicado que la comisaría de policía de Via Laietana será designada un espacio de memoria, según prevé la Ley estatal de Memoria Democrática. Lo ha hecho después de reunirse con el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres. Ahora falta por ver los tiempos que se seguirán para que esta comisaría deje de funcionar como tal y pase a convertirse en un museo.
En este sentido, la ciudad prepara para 2025, en el 50 aniversario de la muerte de Franco, un clico de actividades y muestras alrededor de esta efeméride, para abordar la falta de derechos y la represión de libertades asociada a la dictadura, y también para reivindicar el papel que tuvieron los movimientos sociales en la lucha antifranquista.
Anulación de las penas de los represaliados republicanos
Collboni ha pedido también al ministro que se avance en los procesos de anulación de los consejos de guerra contra figuras republicanas y del antifranquismo que aún continúan vigentes, como el del presidente Lluís Companys o el del activista anarquista Salvador Puig Antich, y ha subrayado que se trata de una cuestión de reparación y justicia histórica.
La anulación de los procesos judiciales que resultaron en condenas injustas es un elemento primordial, según el Ayuntaiento, de justicia y reparación para todos los hombres y mujeres que lucharon contra la dictadura y por sus familiares.