Cualquier barcelonés tiene algún recuerdo asociado al Parque de la Ciutadella. Pasear de crío por el parque para ir a dar una vuelta en barca por el lago o corretear delante de la fuente monumental son escenas en las que la mayoría de nosotrxs puede verse representadx.
En estos paseos todxs hemos visto esa glorieta modernista que se alza delante de la fuente monumental, un espacio que recuerda a un jardín francés en el que hoy, a menudo, vemos a grupos de baile practicando sus pasos o sesiones colectivas de yoga y pilates que se celebran a la sombra del techo de este templete.
Todxs hemos visto esa glorieta, pero quizás pocos nos hemos parado a ver la placa conmemorativa instalada frente a ella, que nos revela que la estructura donde hoy bailan los grupos de salsa se llama «Glorieta de la Transexual Sonia» y guarda una historia de violencia y discriminación que merece ser recordada.
La historia del asesinato de Sonia Rescalvo
El 6 de octubre de 1991 Sonia Rescalvo dormía junto a su compañera Dori en la glorieta de la Música del Parque de la Ciutadella. El templete, llamado así porque sirvió, originalmente, para acoger a la banda de música municipal, servía a principios de los noventa como refugio ocasional para personas sin techo, y era, también, un lugar de encuentro habitual para personas homosexuales y transexuales.
Sonia había llegado unos años antes a Barcelona, no se sabe muy bien cuándo, desde un pueblo de Cuenca. Como explica muy bien este reportaje de eldiario.es, la vida de Sonia es un pequeño misterio, del que apenas existen focos en una revista erótica Lib, donde se la entrevista junto a otras personas trans (entre ellas Bibiaba Andersen) en 1978.
Al parecer, Sonia llegó a Barcelona en los 70, donde se fue bailarina en algunos teatros y cabarets de la Avenida Paralelo y stripper en distintos locales de la ciudad. Como se explica en el reportaje, durante sus últimos años en la ciudad había caído en la indigencia y quizás en la drogadicción también, y ese fue el motivo de que pasara las noches en la Glorieta de la Música.
La noche del 6 de octubre de 1991, mientras dormía en esa glorieta con su amiga Dori, un grupo de neonazis que había salido de cacería apalearía a tres mujeres de la zona, matando a Sonia con la paliza.
Un asesinato simbólico
El asesinato de Sonia fue el primero que asumieron los Mossos d’Esquadra, que se estaban desplegando todavía como policía en Catalunya, y fue también considerado el primero tipificado como delito de odio, aunque este tipo de agravante no existía todavía en el Código Penal. Por el asesinato fueron detenidos y condenados los neonazis Héctor López Frutos junto a su hermano Isa y Pere Alsina, David Perlade, Andrés Pascual y Oliver Sánchez.
El asesinato de Sonia Rescalvo fue un punto de inflexión para las luchas del colectivo, que empezaron a ser más visibilizadas y a tratarse con más sensibilidad en los medios de comunicación. En 1993 la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español colocó en el lugar una placa conmemorativa.
En 2011 la memoria se oficializaba, con la colocación del Monumento en memoria de los gais, lesbianas y personas transexuales represaliadas y en 2013 el espacio fue renombrado la glorieta como «Glorieta de la Transsexual Sònia», colocándose un cartel visible que es el que se puede ver hoy, y que recuerda, a lxs barcelonesxs que pasean por el parque que las luchas nunca se acaban, y que hay que mantener viva la memoria para que el odio no vuelva a reproducirse.