La relación de Barcelona y el grafiti es complicada. En una ciudad donde abunda el arte urbano y donde artistas callejeros llegan a exponer en museos municipales, a menudo encontramos también que los límites se difuminan, y que el grafiti aparece en paredes públicas donde no es tan deseado.
Es lo que ha pasado ahora, cuando una pared de dos mil años de antigüedad ha amanecido pintada con un tag gigante con una aportación dudosa a una pared que es patrimonio histórico de la ciudad.
La pintada está en la calle Tapineria, y la pintada, un tag (una firma) de grandes dimensiones se ha hecho sobre la muralla romana de la ciudad, un muro protegido que lleva cerca de dos milenios en el mismo sitio. El tag son unas letras de color amarillo y rojo con lapalabra P2L, el nombre artístico del grafitero.
El tramo de la muralla, entre la Catedral y la Plaza de l’Àngel, forma parte del conjunto histórico que forma el Museu d’Història de Barcelona con la plaza del Rei. Estas pintadas pueden tardar varios meses en ser borradas por las complejidades técnicas de trabajar sobre una pared con miles de años de historia, como es el caso de este muro, catalogado como Bien de Interés tanto del patrimonio catalán como del estatal.