Una de las paredes más famosas de la ciudad ya no tiene la pinta que se espera de ella. El mural de El Beso (que se llama, en realidad, «El mundo nace en casa beso»), ha aparecido cubierto con un gran grafiti que modifica el aspecto de una de las paredes más fotografiadas de la ciudad.
Inaugurado en 2014, el mural está compuesto por 4.000 pequeñas imágenes impresas sobre baldosas y se construyó en el marco de los actos de celebración del tricentenario del 1714 en Barcelona.
Ahora por las redes sociales corren decenas de imágenes en redes sociales que muestran el tag, la firma personal con la que un graffitero anónimo ha cubierto el mural. También muestran como los turistas, a pesar de que el mural está ahora «incompleto», siguen acercándose para sacarse fotos con él.