Parece mentira, pero un año antes de que el curling naciera oficialmente en Escocia en 1541, un club de curling se adelantaba a la creación del deporte y nacía en Collserola, a orillas del pantano de Vallvidrera.
Desde su nacimiento cada año, a principios de marzo, coincidiendo con días más fríos de la ciudad, los integrantes de Club de Curling Vallvidrera bajan al pantano con una piedra que tiran para ver si la capa de hielo, si es que existe, es lo suficientemente gruesa como para aguantar un partido. Si no lo es, se van a desayunar. En su medio milenio de historia jamás se ha dado la ocasión, por lo que el Club de Curling Vallvidrera jamás han jugado un partido en su campo.
La piedra que rompe el hielo
Aquest any tampoc…@VallviCurling persistim! pic.twitter.com/3iJRzmbf36
— Joan Pujol Calverol (@JoanLlebrenc) March 4, 2023
Esta es, aproximadamente, la historia oficial de uno de los clubs deportivos más curiosos de Barcelona. Aunque según ellos el club tiene 500 años de historia, lo cierto es que solo hay documentos de la tradicional bajada al pantano desde el 2018, momento en que las malas lenguas datan la fundación del club.
Ya van seis años que los curlers (jugador de curling) llebrencs (gentilicio de Vallvidrera) bajan hasta el pantano a princpios de marzo para tirar la famosa piedra. Como el hielo jamás ha alcanzado el grosor suficiente ellos, tranquilos y con la sensación de la feina feta, se van a desayunar al Racó de Collserola, donde los esperan las brasas y un buen desayuno de deportista.
Lo que empezó como una broma hace unos años entre algunos vecinos de Vallvidrera ha crecido, y, como las grandes bromas, se ha convertido, mitad real mitad sueño. El Club tiene su propia equipación azul, su material deportivo y hasta un sponsor, Cerveses Sant Jordi, que les ha creado una birra de edición limitada para ellos, la «Vallvidrera Curling Beer».
500 años de historia, un partido, una victoria
El Vallvidrera Curling Club no ha jugado nunca en su campo, pero sí ha jugado una vez fuera de el. Fue en 2019, cuando el Club de Gel de Puigcerdà los invitó a la Lliga Catalana de Rookies, donde el club organizador cedió un jugador de su equipo a cada uno de los participantes amateurs. Con esta ayuda (y de la 500 años de historia a sus espaldas), el Vallvidrera Curling Club ganó el único partido que ha jugado en su historia.
Su otro hito lo vivieron este año con Ràdio Estel, que organizó una jornada llamada Estre sobre Gel con la que se quisieron unir al lanzamiento de piedra y al desayuno del club de Vallvidrera.
Un himno cantado por un barítono del Palau de la Música
Cualquier club que se precie tiene lema e himno, y el Vallvidrera Curling Club no podía ser menos. El lema es «El pantà serà sempre nostre» y el himno, una canción completa que interpreta Germán de la Riba, vecino del barrio y barítono en el coro de Cambra del Palau de la Música e intérprete de las misas de la Catedral cada fin de semana.
Este año la piedra también se hundió en el agua de un pantano que, además, está vació por la limpieza de especies invasoras. Así que habrá que esperar al año que viene para volver a intentarlo.
Hasta entonces, podemos ir aprendiéndonos la letra del himno, que te dejamos aquí por si quieres pasar a formar parte del club. El único requisito, es seguirlos en su cuenta de twitter o instagram, y ya serás un curler más.
«És el club que porto al cor Blau i verd és nostra ensenya. Que amb orgull defensem tots. Des del 1540 Les escombres fem suar És sabut que a Collserola. Es fa cúrling al pantà. Som, som, som de la muntanya. Som, som, som els del pantà Club de Cúrling Vallvidrera, Barcelona ens fa cagar. Amb tetera i granera, esperem glaçar el pantà. Canviarem la normativa, perquè ens deixin patinar. Les victòries ens avalen, el futur és la Puput i fins l’últim dels meus dies Vallvidrera Cúrling club. Som, som, som de la muntanya. Som, som, som els del pantà Club de Cúrling Vallvidrera Barcelona ens fa cagar»