Desde el final de la pandemia el Ayuntamiento de Barcelona vive una relación de amor-odio con el turismo. Por un lado se abraza a la industria como salvavidas económico tras dos años de pandemia, y por el otro se lo mira con recelo (sobre todo desde los comunes), por los problemas que provoca entre los vecinos un centro de la ciudad totalmente saturado de visitantes.
Fruto de esta relación tóxica se dan situaciones como las que vive ahora la ciudad. La recuperación de la noche a la mañana cifras de turistas anteriores a la pandemia (o incluso superiores), convive con la implantación de diferentes medidas que buscan controlar las masas de visitantes, a menudo con la sensación de que el Ayuntamiento intenta frenar el mar con las manos.
La última de estas medidas de aprobó ayer: limitar los grupos turísiticos a 15 personas para evitar la sensación de aglomeración y ofrecer una mejor experiencia al turista en su paso por la ciudad. La medida, acordada con los dos principales patronatos de guías turísticos oficiales, limita a 15 estos grupos en Ciutat Vella y a 30 en el resto de la ciudad.
Calles de sentido único para los turistas
Además de la reducción de grupos se ha establecido un sentido único de circulación para estos en 24 calles de la ciudad, para evitar colapsos. Algunos son la plaza de Sant Felip Neri, la de Santa Maria, las calles del Bisbe, del Call, de la Ciutat, de Sant Honorat, de los Capellans y otras, donde se circulará en filas de dos o una persona por la derecha.
También se prescribe el uso de audioguías para reducir el impacto acústico de las explicaciones y se fijan aforos o límites «deseables» al número de grupos que pueden concentrarse ante espacios o monumentos con saturación de público, como las plazas de Sant Jaume y Reial (8 grupos), el Fossar de les Moreres (3), el paseo del Born (3), la plaza del Rei (5), la del Àngel o la Barceloneta (1), entre otros.
Además, se demanda la implicación de los guías acreditados para buscar ubicaciones más espaciosas, donde impartir la guía dejando libre un mínimo del 50% del ancho de las calles. Incluso se han definido cinco ubicaciones en el centro de la urbe para la parada de los grupos: en una parte de la avenida de la Catedral, la plaza de Catalunya, de Urquinaona, de la Universitat y Comercial.