El concepto de proteína emparedada entre dos piezas de masa de hidratos varía de denominación en función de la lengua y la región. Aquí se le llama bocadillo pero el fenómeno no dista demasiado del sándwich anglosajón, del vada pav indio o la arepa caribeña. Cuestión de matices. Al bocadillo en Italia se le llama panino (panini en plural) y si tuviéramos que quedarnos con un único sitio donde probarlos en Barcelona sin duda sería la Paninería Compà, en el barrio de La Barceloneta.
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El responsable de Compà es Vittorio, un italiano afincado en Barcelona desde hace dos décadas y que hace poco más de un año abrió esta charcutería calabresa. Cualquiera que haya estado en Italia sabe que la mayoría de sus charcuterías tienen pan preparar allí bocadillos con el mismo producto que dispensan. Bocadillos no, claro: paninos o panini.
Es decir, Compà, por raro que parezca, es una charcutería. De hecho en Google Maps figura como negocio y no como restaurante. Pero a los efectos que a nosotros nos ocupan, el llenar el buche, aquí se come y muy bien. Vittorio prepara con una focaccia artesana sus panini con el mejor producto calabrés y la mayoría de sus productos los trae de su pueblo natal, Castrovillari.
Cualquiera de sus panini es una obra de arte, pero nosotros probamos el de porchetta con patatas y provola, y otro de temporada, el de jamón, higos y mozzarella ahumada. Un espectáculo.
Los precios son más que asequibles: entre 7 y 9 euros el bocadillo. El resto, poco más que añadir para hacerlo aún más redondo: birra italiana, algún que otro refresco del país mediterráneo difícil de encontrar en Barcelona y un tiramisú buenísimo que hace el propio Vittorio. Todo ello en un local de apenas unos metros cuadrados. Uno de nuestros nuevos rincones favoritos de la ciudad.