
Seguro que más de un barcelonés lo ha pensado alguna vez. ¿Por qué no construyen una Rambla lejos de Barcelona, mandan a los turistas para allá, y nos dejan a nosotros pasear por la nuestra en paz? ¿Notarían los turistas la diferencia? Si eres de los que ha tenido alguna vez una idea similar te informamos de que tus deseos se han cumplido en Japón, donde un parque de atracciones permite pasear por una Barcelona de juguete que está a unos 11 mil kilómetros de la Barcelona original.
Se trata de Shima Spain Village, un parque de atracciones situado en el municipio de Shima cuya temática es España y que, por tanto, reproduce, condensa e imita en poco espacio todos los clichés de la cultura española.
Nacido en 1994, Shima Spain Village hace con España desde 1994 lo que en Barcelona hizo en el Poble Espanyol desde 1929, reunir en un solo sitio, y a escala cartón piedra, todos los atractivos turísticos de un país. Así, quien vaya a Shiba puede visitar el Park Güell, la plaza España de Sevilla, la Puerta del Sol de Madrid o, incluso, celebrar una Tomatina de Buñol.
Subirse al carrusel Gaudí o la montaña rusa de Montserrat
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Pasear por Shiba es una experiencia de representación de España auténticamente kitsch que, por supuesto, no podía olvidarse de Barcelona. Por supuesto, lo hace con licencias. Si en la ciudad Condal la estatua de Colón da la bienvenida a los visitantes que llegar por mar, aquí una plaza circular con casas blancas que recuerdan a un pueblo andaluz tiene en su centro una reproducción de la estatua del descubridor. Eso sí, con una placa que explica la historia del personaje.
El recorrido continúa por el mercado de La Boqueria, cuya icónica puerta con vitrales también da entrada a una galerías del parque. Y como Gaudí no podía faltar a la fiesta, el Park Güell también está representado, en este casos, con una versión algo libre del dragón que, eso sí, está realizada en el característico mosaico trencadís del arquitecto de Reus. Y un bar, llamado Perrito, está decorado con el mismo estilo.
Pero para quien quiera emociones fuertes, Barcelona también tiene atracciones propias. El mismo Gaudí tiene un carrusel dedicado que, aunque está decorado con más mosaicos, tiene unos caballos que tienen muy poco de modernistas. Si estás algo más animado puedes subirte a la Pyrenees, a la Gran Montserrat (patrocinada por Bridgestone), dos montañas rusas del parque o a Montserrat splash, montaña rusa con agua.
Un país en la mochila (o en el parque de atracciones)
No falta nada. Como una especie de pabellón de España en el extranjero, el Shima Spain Village reproduce todos los clichés y monumentos emblemáticos en los que uno piensa cuando piensa en España.
Desde eventos más multitudinarios como un encierro de San Fermín en 3D o una atracción dedicada a La Tomatina, a elementos quizás algo más desconocidos, como los hórreos gallegos. De Madrid, por ejemplo, no falta nada: desde la Puerta del Sol hasta la plaza Mayor, pasando por el Palacio de Aranjuez, la capital está bien representada en su fotocopia japonesa.
La plaza España de Sevilla, una atracción que es el galeón de Santa María de Colón en versión oscilante y, por supuesto, todo tipo de espectáculos: fallas, shows de flamenco o cabalgatas con personas disfrazas de Picasso. El diario ABC explica en un reportaje que cada cierto tiempo la empresa hace audiciones en Madrid y Barcelona buscando bailaores, malabaristas y distintos tipos de artistas.
El parque, por cierto, tiene una web propia traducida al español para quien quiera planear el viaje, donde se definen a sí mismos como un luga de «reminiscencias de la exótica atmósfera de una ciudad española y lleno de encanto español»
Con sus 34 hectáreas, 28 atracciones y 23 restaurantes y cafeterías, Shima Spain Village es una oda al lugar común español. Si nosotros tenemos el Tutuki Splash hawaiano o el Salvaje Oeste en Port Aventura, en Shima tienen su Spain Village, demostrándonos que, a la hora de reproducir clichés, todos somos iguales y que, quizás algún día, esa Rambla imaginaria que alguno habrá imaginado no es tan imposible como parece.