El Ayuntamiento de Barcelona sigue buscando soluciones contra la sequía. Después de las medidas tomadas por la fase de emergencia, el consistorio ha anunciado ahora una medida llamativa: la declaración de todas las piscinas públicas de la ciudad, unas cincuenta, como refugio climático ante las olas de calor previstas para el verano, entendiendo que las piscinas son espacios que permiten estar a una temperatura de confort en épocas de calor intensa.
De esta manera, las piscinas serán de acceso universal, es decir, estarán sujetas a un precio público para la ciudadanía y se desarrollarán las ayudas correspondientes a personas en situación de vulnerabilidad para que ningún barcelonés o barcelonesa pueda quedar excluido.
Las piscinas afectadas por esta medida son las que forman parte de la Xarxa d’Instal·lacions Esportives Municipals, o sea, los CEMS (centre esportiu municipal). En total, son 41 piscinas cubiertas y 11 descubiertas en toda la ciudad, que se pueden consultar en la web del Ayuntamiento.
La primera tinent d’alcaldia, Laia Bonet, ha declarado que «Barcelona garantiza de esta manera la función social que pueden tener las piscinas y pone el acento en que ningún barcelonés o barcelonesa quede excluido», y ha añadido que «a pesar de que la norma transfiere toda la responsabilidad a los ayuntamientos sin detalles ni recursos para implantarla, el Ayuntamiento pone el foco en las personas y refuerza la red de refugios climáticos para hacer frente a los episodios de temperaturas extremas, cada vez más frecuentes en la ciudad».
De momento, el Ayuntamiento sólo ha actuado en el ámbito que es competente, pero continuará evaluando la implantación de la medida en piscinas en equipamientos privados u otros tipos de espacios con piscina en función de cómo progrese la sequía.