La irrupción de los patinetes eléctricos en el tránsito de las ciudades ha traído de cabeza al Ayuntamiento en los últimos tiempos, que luchan por encontrar la manera de regular el uso de un transporte que, con el chasis de una bicicleta y la velocidad de una moto pequeña, vive a medio camino entre el carril bici y la carretera.
El último conflicto con este tipo de vehículos pasa por el subterráneo: El pasado noviembre un patinete eléctrico se incendió en un vagón del Ferrocarril de la Generalitat de Cataluña, y a consecuencia de esto, la Autoritat Metropolitana del Transport ha prohibido el acceso de patinetes o monociclos eléctricos en los vehículos o instalaciones del transporte público.
6 meses de prohibición para redactar una normativa
La prohibición ha entrado en vigor el 1 de febrero, y estará vigente durante 6 meses (hasta el 1 de agosto), un tiempo en el que los operadores de transporte (Metro y Autobuses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), TRAM, Rodalies Renfe y FGC) habrán de redactar una normativa que determine las condicione de acceso y seguridad de los vehículos eléctricos de movilidad personal en sus instalaciones.
Durante estos 6 meses se impulsará la habilitación de plazas de aparcamiento de patinetes en las estaciones ferroviarias e intercambiadores de bus. Así, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), ya ha anunciado la adaptación de los Bicibox para los patinetes eléctricos y asimismo se impulsará que los aparcamientos de enlace ofrezcan esta prestación.
En este período, las denuncias que formulen los equipos de intervención de los operadores de transporte público, por incumplimiento de la prohibición de transportar patinetes y monociclos eléctricos a los vehículos e instalaciones una vez pasada la barrera tarifaria, supondrán una sanción de 200 euros.