Se acabó. Lo de convertir la cafetería en una biblioteca con café se acabó. Al menos en el Three Marks del Poblenou, una cafetería que ha puesto carteles prohibiendo el teletrabajo con el objetivo de reecuperar la esencia con la que nació el espacio: «ser una cafetería de especialidad donde la gente valore el café, no la pantalla».
El motivo, explica Marco de Rebotti, uno de los socios de esta cafetería, no es sólo económico. La cuestión no pasa sólo por evitar ocupaciones de horas en una mesa a cambio de un simple café solo, sino, también, a la voluntad de recuperar la idea de una cafetetería que sea eso, un lugar especializado en café donde la experiencia pase más por el intercambio humano en torno a esta bebida y no por convertirse en una biblioteca con bebidas.
Un café, ocho horas de mesa
Rebotti justifica la decisión porque «hemos notado que, veces el esfuerzo del barista y la gente que trabaja en el cafetería no se valora» y queremos dejar espacio a quien de verdad le gusta el café («preguntar al barista, interesarse por el café de la semana….) y también a la conversa y al intercambio entre personas,
No es el único espacio. Raquel Llanes, del Departure Café, en el Raval (y otras cafeterías también) explican anécdotas que asustan. «Hemos tenido clientes que han pedido un espresso y se han sentado ocho horas, gente que nos han pedido que bajemos la música para poder tener reuniones, clientes que sacaban el tupper para comer… Al principio adaptamos el espacio con enchufes y para trabajar, pero a los dos años nos dimos cuenta de que los números no salían».
Ellos dicen lo mismo, «esto no es una biblioteca, es una cafetería», y «desde que prohibimos el tema del teletrabajo hemos mejorado nuestros números y también el ambiente de nuestra cafetería. Como dice el cartel que tenemos, «Aquí no tenemos laptops, pero sí buen café».
También señalan los problemas que les ha traído, ya que, desde que lo prohibieron, afirman que reciben peores críticas por ello, y que es habitual que algunos clientes se enfaden si no pueden trabajar con el ordenador.
Una tendencia que crece
La misma Raquel explica que su caso o el de Three Marks no son aislados. Un paseo por otras cafeterías de especialidad de la ciudad muestra que esta prohibición es una tendencia, y que empieza a ser habitual limitar los espacios del teletrabajo o prohibirlos directamente.
Desde Three Marks especifican que no tienen nada en contra de las personas que teletrabajan en cafeterías o de los negocios que ceden espacio a esta actividad, pero detallan que su cafetería nació con otra voluntad y que hay muchos lugares para el telterabajo en Barcelona.