En Cataluña tenemos piques históricos entre localidades, como el de Costa Bravaversus Costa Daurada. La Costa Brava, dicen en Tarragona, está sobrevalorada y masificada. En las comarcas de Girona no están nada de acuerdo y, si les preguntas, siempre te dirán que és molt més bonic l’Empordà o que com Cadaqués no hi ha res.
Pero, ¿quién se acuerda de los pueblos de interior? ¿Es necesario tener playa para ser bonito? Según Picasso, no. El famoso pintor se enamoró de un pueblecito de la Cataluña interior, de origen medieval y desconocido para muchos de nosotros.
Se trata de Horta de Sant Joan, y no sólo conquistó el corazón del pintor malagueño, sino que National Geographic, la prestigiosa revista de viajes, también lo considera el pueblo rural más bonito de Cataluña y el quinto de toda España.
Una joya que conserva vestigios del pasado
El pueblo se encuentra encima de una pequeña colina en la Terra Alta, en Tarragona, rodeada por viñas, almendros y olivos. Es por esto que, lo miremos por dónde lo miremos, su encanto natural atrapa desde el primer minuto.
Entre sus calles estrechas, adoquinadas y con fuertes pendientes, encontraremos escaleras, plazas rodeadas de pórticos y una iglesia de estilo gótico construida entre el s. XIII y XIV.
En 1997, el casco antiguo de Horta de Sant Joan fue declarado bien cultural de interés nacional, y pasear por ahí nos permite sumergirnos en el pasado, ya que su interior también cuenta con algunos edificios renacentistas, como la Casa de la Comanda, un antiguo palacio del siglo XVI.
Otro punto de interés, que nos demuestra que en este rincón de Tarragona podemos vivir en diferentes siglos a la vez, es el Centro Picasso, ubicado en un antiguo hospital del s.XVI, que recoge 200 obras del artista y muestra la estrecha relación entre él y Horta de Sant Joan.
Sin duda, un lugar secreto que merece la pena visitar.