Las estaciones fantasma del metro de Barcelona tienen un atractivo innegable. Los paraderos que quedaron inutilizados y que están debajo de nuestros pies, tan cerca y tan lejos, son un reclamo para todxs nosotros, que nos emocionamos con lo oculto.
La de Correos es una de aquellas que todos conocen, y cualquier persona más o menos enterada de la historia de la ciudad te habrá comentado alguna vez al pasar por el final de Laietana que ahí debajo hay una estación que ya no existe, que hace 51 años que yace inoperante bajo el suelo y que la actual L4 la atraviesa aunque no se pueda ver.
Sembla que durant les obres d'aquest estiu a l'L4 s'ha restaurat l'estació fantasma de Correus.
Han reposat les rajoles i han col·locat proteccions de metacrilat sobre els anuncis antics. pic.twitter.com/dJOwsdtraq
— Històries de Barcelona (@historiesdebcn) September 4, 2023
Y aunque normalmente es invisible a los ojos, la reciente reforma de la L4 ha arreglado parcialmente la antigua estación, dejándola visible para los pasajeros a su paso. Desde TMB informan de que se ha limpiado el espacio porque quedaban restos de su demolición y se han cambiado algunos de los elementos dañados como el alicatado y se ha preservado el rótulo de «Correos» que da nombre a la desaparecida estación.
Eso sí, el espacio sigue siendo, actualmente, totalmente inaccesible y no contiene elementos patrimoniales de relevancia, y en principio ya se han realizado todas las actuaciones previstas y no se prevén más reformas. Así, de momento, los pasajeros curiosos tendremos que conformarnos con ver la antigua estación desde la velocidad del metro, e imaginar, en otros tramos oscuros, las otras paradas que se esconden a nuestros ojos.