Durante las Festes de Gràcia, todo barcelonés vive a medio camino entre la comodidad de tomar una cerveza fría en una terraza y sentarse en el suelo bebiendo litronas aguadas. Sin estos dos elementos coexistiendo no se puede vivir la experiencia completa.
Este fenómeno se debe, en parte, a que a lo largo de la semana de la Fiesta Mayor, las calles están muy concurridas y encontrar una mesa dónde sentarse suele ser una ardua tarea. Además, muchas de las fiestas callejeras se alargan hasta bien entrada la madrugada, cuando muchos bares y restaurantes llevan horas cerrados.
Este año, sin embargo, hay una novedad: los locales podrán tener sus mesas y sillas en la calle tres horas más de lo habitual. Esto se traduce en que durante los días laborables las terrazas podrán estar abiertas hasta las 2h. y a lo largo del fin de semana hasta las 3h.
De esta manera, si así lo quisieran, los bares y restaurantes podrán estar abiertos durante 19 horas en esta semana de fiesta. La nueva medida es temporal, y en ningún caso estos horarios se podrán imponer más allá de esta semana, ya que Gràcia es un barrio muy tensionado por el ruido y dónde los vecinos se han organizado para reivindicar noches tranquilas donde descansar.
La lucha vecinal contra el ruido
Gràcia no solo se llena durante su Festa Major, sino que es durante todo el año una zona de ocio nocturno muy concurrida tanta locales como para turistas. Como consecuencia, los niveles de ruido durante la noche son cada vez más altos y los vecinos no pueden descansar apropiadamente.
Para remediar esta situación, el pasado septiembre el Ajuntament limitó los horarios de las terrazas en siete plazas del barrio: Sol, Villa de Gracia, Virreina, Diamante, Revolución, Joanic y Raspall. Sin embargo, la situación continúa sin solucionarse y la plataforma @StopSoroll ha denunciado en Twitter que en los últimos días se han superado los 75 decibelios durante la noche en algunos puntos del barrio, cuando lo ideal es no estar por encima de los 30 en horario nocturno.
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