Gràcia es muy Gràcia. Es un barrio con una identidad única, dónde conviven bohemios, artistas, estudiantes y vecinos de toda la vida. La gente se sienta en el suelo de las plazas a charlar y tomar algo y siempre suena una guitarra de fondo. Hay tiendas de ropa slow-fashion hecha de forma ética, cooperativas de alimentación, bodegas para tomar un vermut o bares dónde podrás probar decenas de cervezas artesanas distintas.
Se trata de un barrio muy barrio y sus vecinos, los graciencs, están orgullosos de ello. Pero también tiene su contraparte negativa, y es que la gentrificación se está comiendo parte de la autenticidad de este antiguo pueblo que ahora es un barrio de Barcelona: a las magdalenas se les llama muffins y el precio del alquiler está por las nubes.
Por eso, sus vecinos cuidan, quieren y luchan por su barrio y existe un fuerte tejido asociativo y sentido de pertenencia. Un gracienc no nace, sino que se hace poco a poco, participando en el barrio y absorbiendo, sin darse cuenta, la esencia que caracteriza a sus vecinos. Así que te revelamos el secreto mejor guardado de sus habitantes, ¿qué es lo que caracteriza a un verdadero gracienc?
- Gràcia es Barcelona pero «no es Barcelona». Es algo dentro y algo aparte. Gràcia es, por encima de todo, Gràcia. Porque aún permanece en las calles ese espíritu de pueblo tan suyo. Tiene sentido porque, antes de ser un barrio de Barcelona, la Vila de Gràcia fue un pueblo independiente hasta 1897.
- Como consecuencia, los graciencs son graciencs y no barceloneses o «vecinos del barrio de Gràcia». Ser gracienc es una identidad propia y ni se te ocurra decirles que son de Barcelona.
- Su club de fútbol es el CE Europa y sus colores el blanco y el azul. Para ellos, ser del Sant Andreu es lo que para un culé es ser madridista.
- Como las Fiestas de Gràcia no hay ninguna y es un pecado capital no estar en ellas. No hay excusa, si eres de Gràcia y has cogido vacaciones durante las fiestas, ni se te ocurra irte de viaje, si lo haces, puedes llegar a ser excomulgado.
- Este año las calles Mozart y Verdi celebran 100 años decorando sus calles durante la Festa Major. Se trata de una tradición muy arraigada al barrio y muchos vecinos empiezas a preparar los ornamentos muchos meses antes de las fiestas.
- Cada plaza tiene una personalidad distinta y las más concurridas son Sol, Diamant y Virreina. Vayas cuando vayas siempre encontrarás algo de ambiente, niños jugando o actuaciones de cultura popular.
- En el carrer de Verdi se cuece el bacalao, no solo por tener los cines del mismo nombre, sino porque hay decenas de sitios para comer y siempre suele estar muy concurrido.
- Aquí nació la rumba catalana. Fue gracias a Antonio González Batista, «El Pescaílla». Él le dio vida y otros graciencs de renombre como Sabor de Gràcia o Moncho le dieron forma.
- Se trata de un barrio con mucho tejido asociativo. Hay caus, esplais, asociaciones de vecinos, ateneos culturales, cooperativas de consumo, grupos feministas, colectivos antiracistas, comisiones de fiestas… ¡y la lista continua mucho más! Por eso, aunque pueda parecer difícil convertirte en gracienc si te acabas de mudar, en el fondo es muy fácil integrarte y participar de la vida de la vila.
- En Gràcia triunfan las cosas de toda la vida y fascinan los mercados. Hay dos muy importantes: el Mercat de la Llibertad en Plaça Llibertat y el Mercat de Lesseps en el Carrer de Verdi. No es extraño ver a gente joven con un carrito de la compra paseando por las distintas paradas y tiendas del mercado y de los alrededores.