Cansados de las palomas y olvidados ya aquellos delfines que asomaban a la ciudad durante la pandemia, muchos desconocen que Barcelona es una ruta de paso habitual de las balenas rorcuales comunes, las segundas más grandes del mundo, en su trayectos migratorios por el Mediterráneo.
No es, ni mucho menos, la primera vez que se avistan estas ballenas en la ciudad, pero, más allá de ser uno de los primeros avistamientos de 2024 no es habitual, tampoco, que se avisten grupos de cuatro ballenas a la vez como ha sido el caso.
Las imágenes las captó Sergi Rodríguez Basolí, del proyecto Mar a la Vista, que documenta avistamientos frente a la costa barcelonesa. Ellos saben que esta es la época, entre marzo y mayo, con más posibilidades de avistar ballenas de este tipo, con entre entre 20 y 21 metros y pesa 70 toneladas, que están en ruta hacia el mar de Liguria,
Y aunque su paso es habitual, la crisis climática está provocando una disminución en su número ya que la falta de lluvias afecta a los microorganismos de los que se alimentan porque estos se reproducen menos.
Mar a la Vista es un proyecto de avistamiento de animales marinos en la costa barcelonesa que opera desde un barco tradicional de madera, y que organiza salidas de avistamiento, conocimiento y conscienciación del medio marino abiertas al público.