Si algo nos gusta de Barcelona es que nunca dejas de descubrir sitios que ni te imaginabas que podían existir. Las mezclas extrañas entre culturas y los locales pintorescos escondidos por la ciudad son dos de los secretos que más nos gusta destapar y, esta semana, hemos conocido un lugar que encaja en ambos.
¿Nuestro destino? El Centro Cívico Vil·la Urània, camuflado tras la Vía Augusta y en el que hay escondido un templo del udon. Apenas giramos un par de esquinas, recorriendo la Calle Zaragoza, cruzamos la entrada y quedamos totalmente anonadados con nuestro descubrimiento: un pequeño palacete de 1868 precedido por unas elegantes escaleras con azulejos añiles.
Nos encontramos frente a Kasa Hanaka, un restaurante-cafetería japonés en pleno corazón de Sant Gervasi. Y cuidado, porque que esté en el interior de este centro cívico es solo la primera sorpresa que nos tiene preparada este local.
Tres menús de fusión catalano-japonesa
Empezamos con la oferta gastronómica de ese curioso lugar. Kasa Hanaka es considerado un templo del udon, y no en vano. Este tipo de fideos gruesos, hechos de trigo y muy populares en Japón, son, sin duda, su especialidad, y cuentan con dos variedades que van cambiando cada dos semanas.
El primer punto fuerte del plato son los propios fideos, importados directamente, como buena parte de sus ingredientes, desde Japón y con una textura que tiene poco que ver con los que acostumbramos a ver por aquí. Firmes, gruesos, pero en absoluto plasticosos ni demasiado elásticos. Además, cada mes ofrecen dos recetas de este plato, una con el udon caldoso y otra con los mismos fideos acompañados de una salsa casera.
El chef, Adrià Subirana, propone un menú basado en tres fórmulas, todas ellas formadas por plato principal y acompañante. La primera cuenta con el udon como plato principal, la segunda con ensaladas y, la tercera, la «fórmula clásica», con platos principales de guisos y estofados. Este último, digno de mención especial, con un plato que, para nosotros, sobresalía sobre los demás: el cerdo al estilo Hayashi, un guiso de carne deshilachada con salsa de tomate y verduras que todavía no hemos conseguido sacarnos de la cabeza.
Todos los menús van acompañados de guarniciones estilo japonés y nuestra favorita fue el pepino ‘estilo Sunomono’ aderezado con vinagre de arroz y sésamo. ¿Lo mejor de estos menús? Su precio, a 9,90 € cualquiera de las tres fórmulas.
Bravas niponas y cheesecake de matcha
Este proyecto gastronómico es el resultado del trabajo de Aya Hanaka y Daniel Casanova Mancy, un matrimonio catalano-japonés que se conocieron trabajando en Singapur. Es en esta fusión cultural donde se encuentra el origen de una gran parte de la propuesta del restaurante.
El ejemplo más claro de ello son sus platos fuera del menú, las «tapas japonesas». Entre estas encontramos joyas como las patatas bravas niponas, con una salsa elaborada con un alioli de miso y el toque picante de la mezcla tradicional de especias japonesas ‘sichimi togarashi’ en una salsa de tomate.
Y por último, pero en absoluto menos importante, Kasa Hanaka cuenta con una propuesta de dulces y pasteles que no tiene nada que envidiar a la oferta salada de la carta. El cheesecake de matcha, con una textura densa y un sabor intenso (muy recomendable, pero solo si te gusta el matcha), y el tradicional mochi relleno de azuki (un tipo de judía roja) fueron nuestros favoritos.
Kasa Hanaka tiene cierto ambiente a lugar de trabajo. Una de esas cafeterías barcelonesas a las que ir con el portátil a tomar un café, un té o un matcha. Su selección de dulces, junto con su oferta de tés japoneses, se entremezclan con un salón amplio y muy luminoso rodeado de grandes ventanales.
Los acabados en madera, los techos altos, la luz y las terrazas a ambos lados del local crean un aura de calma que te saca por completo del jaleo característico de la ciudad y te transporta, sin darte cuenta, a un salón de té japonés… con vistas a la Via Augusta.