El concepto es el siguiente: andar por Barcelona como quien se mueve por los decorados de una película de terror.
La vampira del Raval
No era una mujer con la cara más blanca que la nieve, temor al ajo y los crucifijos y colmillos necesitados de ortodoncia, sino una asesina en serie a la que, por cierto, le dedicaron un capítulo del Ministerio del Tiempo. Si hubiera que elegir sólo 4 puntos de partida para definir a Enriqueta Martí i Ripollés, serían los siguientes: prostituta, secuestradora, proxeneta y bruja. A principios del siglo XX se dedicó a raptar bebés y niños para después exterminarlos y ocultar los cadáveres en el piso que tenía en el Raval.
Cuentan que hacía ungüentos con los huesos de las criaturas para venderlos posteriormente. Su falta de humanidad conmocionó a la Barcelona de 1912 y, a día de hoy, sigue considerándose una de las asesinas más mortíferas de nuestra historia.
Casino L’Arrabassada
En 1899 se inauguró en Sant Cugat del Vallés un hotel casino de dimensiones majestuosas; el Titanic hecho edificio. Fue símbolo del lujo y la bonanza económica de aquellos años en los que Barcelona estaba en plena expansión. Se perdieron tantas fortunas en sus ruletas que cuenta la leyenda que disponían de una habitación del suicidio para que los empresarios arruinados rematasen la faena.
En 1912 (mismo año en el que detuvieron a La Vampira, por cierto) se prohibió el juego, lo que supuso la ruina de este símbolo del despilfarro. Durante la Guerra Civil, se utilizó como cuartel general y sede de varios fusilamientos. Hoy día solo queda una montaña de ruinas envueltas en un halo de misterio y muchos muertos sin nombre. También hemos hablado de este lugar en un artículo sobre lugares abandonados en la provincia de Barcelona.
Metro de Barcelona
El suburbano tampoco se libra de formar parte de la leyenda negra de Barcelona. Varias son las historias que circulan en torno a él. En los 80 se puso de moda el metrosurf, práctica que consistía en engancharse a la parte trasera del vagón y dejarse arrastrar o subirse al techo del tren y “surfear”. Fueron muchas las víctimas que fenecieron arrolladas o electrocutadas por su temeridad. Algunos miembros del personal del metro afirman que extrañas formas aparecen en la entrada de la vía 2 a la estación Plaza Catalunya, donde se produjeron dos muertes de esta forma.
También dicen que nadie se atreve a trabajar en horario nocturno en la estación de Rocafort (L1), porque ocurren fenómenos misteriosos. Hace años se produjo una oleada inexplicable de suicidios -cuatro en un mes- que puso en alerta al personal. Después de este insólito suceso, diversos jefes de estación aseguraron vislumbrar por las pantallas de vigilancia de la estación personas caminando entre las vías, a pesar de que el último tren había pasado hace tiempo y el acceso al público estaba cerrado. Si estas dos historias te han sabido a poco, te dejamos por aquí un artículo con cinco historias igual de tenebrosas… o más.
Hospital del Tórax
Lo construyeron en Terrassa para atender a pacientes con enfermedades respiratorias graves y esa fue la función que se cumplió entre 1952 y 1997. Este hospital, hoy parque Audivisual de Cataluña, tiene detrás un historial de sucesos paranormales que han llamado la atención de exorcistas, parapsicólogos o médiums. Durante los años de funcionamiento, los pacientes de cáncer de pulmón, fibrosis o tuberculosis eran internados y aislados de sus seres queridos y el mundo. Ningún enfermo superaba normalmente el año de estancia, bien por muerte natural, bien porque se suicidaban.
Cuentan que los más desesperados se arrojaban desde la novena planta a un jardín que apodaban “La Jungla”, donde dicen que aún se escuchan extrañas voces. Los que seguían con vida contaban que a menudo escuchaban pasos y se producían apariciones de los suicidas deambulando por los pasillos. Aquí se han rodado películas de terror como Frágiles, La Monja o Ouija y sigue siendo un foco importante de actividades paranormales.
¿Hay narices a visitarlo?
Los incendios del Liceu
Su historia es bastante larga y, consecuentemente, difícil de resumir en un par de párrafos. Sólo diremos que por rencor o justicia cristiana, el edificio del Liceu está abocado a acabar incendiado. Y no importa las veces que se levanté. Así ha sido en 1861, así se intentó en 1893, así fue en 1994 y así volverá a ser en una fecha indeterminada. Si quieres conocer la historia completa, te dejamos aquí un artículo que escribimos sobre él.