Si la pizza es el rey de los platos globales y la hamburguesa su reina, el pollo frito está entre los fieles escuderos, uno de esos platos que triunfan da igual en qué esquina del mundo. Y si hasta ahora cadenas estadounidenses como el Domino’s o el Mc Donald’s habían sido las reinas de la exportación masiva de este producto, parece que sus equivalente chinos están por la labora de conquistar el mundo tal y como lo hicieron ellos en su momento.
Y, si el día de mañana, el Portal del Àngel está lleno de franquicias chinas, uno siempre podrá decir que formó parte de los inicios de la historia en Barcelona si se acerca a probar Zhengxin Chicken, la primera sucursal en España de la cadena de pollo frito y fast-food más grande de China.
Sus 20 mil locales por todo el mundo tienen ahora una réplica en Barcelona (C/ de Sicília, 129), donde se sirve la carta habitual de esta cadena, centrada en el pollo frito (al estilo KFC, para entendernos), con estrellas como las tiras de pollo, que se pueden acompañar de salas de ciruelo, comino o picante.
La otra estrella de la carta son sus cubos, que puedes rellenar a peso con alitas, tiras de pollo, palomitas o incluso cebolla o pulpo frito. Por lo demás, hamburguesas, patatas fritas y, por supuesto, refrescos chinos.
El eslógan de la cadena es, por cierto, «Just love this piece of chicken«, llamativamente parecido al «I’m lovin it» de McDonald’s. Quizás es verdad que empieza una nueva era… al menos en el fast-food.