¿De cuántos personajes populares hemos hablado ya en Barcelona Secreta? La verdad es que perdemos un poco la cuenta. La Monyos, El Noi de Tona, Bernardo Cortés, Pedro Sampablo, Fructuós Canonge…… Y los que quedan.
Hoy le toca a uno de los más recordados de las Ramblas: Johnny, el sheriff que apatrulló la arteria principal de Barcelona en los 70 y principios de los 80 siempre dispuesto a hacer su performance cuando se le solicitaba.
Una performance que, por otra parte, siempre seguía el mismo guión: Cuando Johnny era alertado, se giraba y disparaba con la mano (que luego pasaron a ser pistolas de juguete) a su oponente imaginario, luego recibía un tiro e hincaba la rodilla, pero conseguía sobreponerse para dar él el último tiro de gracia. Ya se sabe aquello de: si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Esa regla de oro la sabía de sobra Carlos Doménech, la persona detrás del personaje, quien hizo de su afición por el western un arte. Un arte que le llevó a ganarse la vida.
Doménech nació en 1922 en Montoro, un pueblo de Córdoba. En 1963, como muchos antes que él o con él, emigró a Catalunya para probar fortuna. Allí ejerció de albañil hasta que descubrió esta original forma de llamar la atención y ganarse alguna sonrisa (y ya de paso, una moneda).
Se comenta que existía otro «pistolero» por aquella época, en el barrio de La Barceloneta. Solo una vez se encontraron ambos, frente a frente, en un duelo en el que Johnny salió victorioso. ¡Qué tiempos!
Poco más se sabía de él, y ahora apenas puedes encontrar información en un par de páginas web y en algún recorte de la hemeroteca. En su época reinaba en las Ramblas, aunque no estaba solo. Le acompañaban otros míticos personajes de los que aún no hemos hablado, pero esa es otra historia.