Quizás los has visto alguna vez. Una pared de Barcelona parece, de lejos, una pared más. Pero al acercarnos, vemos que lo que parecía un edificio es en realidad un dibujo, y que las puertas y ventanas que amagaban con esconder un mundo detrás suyo son, en realidad, un mural que reproduce la vida de la ciudad en un instante que queda fijado por siempre.
Estas paredes se llaman «Enganyatalls», paredes medianeras que se han convertido en trampantojos que reviven en los medianeras desnudas de la trama urbana de Barcelona momentos puntuales de la ciudad. Hay unas pocas repartidas, pero hoy te queremos hablar de dos ellas que seguramente te hayas cruzado alguna vez pero en las que quizás nunca habías parado la mirada.
La Polleria Pavía, la para del mercado de Santa Caterina pintada en la pared
En la primavera del 2000, dos pintores, Rafael Cerdan, de 57 años, y Andrés Medios, de 27, realizaron este mural en una pared estrecha y larga de la avenida Cambó, justo delante del mercat de Santa Caterina, recordando sobre la pared el aspecto que tenía este edificio a principios del s.XX. En la planta baja estaba (o está, según se mire) la pollería modernista Pavía, que parece estar esperando nuestra visita.
Encima de la pollería hay cuatro balcones a donde se asoman los vecinos del edificio, antiguos dueños de la finca, con perro incluido, que parecen mirar a los que miramos hacia arriba, preguntándonos quién son esas personas dibujadas en la pared.
‘Balcons de Barcelona’ el mayor trampantojo de la ciudad
Una plaza con nombre de poeta alberga uno de los mayores poemas visuales de la ciudad. Muy cerca de la Sagrada Familia, en la plaza de Pablo Neruda, se encuentra «Balcons de Barcelona» uno de los murales más grandes de la ciudad. Quizás por estar en una zona turística o menos peatonal que la anterior no lo tengas tan visto, pero la visita merece la pena ya que en la intersección entre la Diagonal y las calle Enamorats y Aragón una pared parece resumir toda Barcelona.
El mural fue pintado en 1992, en pleno apogeo olímpico y en el marco de la campaña Barcelona, posa’t guapa, que buscaba restaurar y embellecer fachadas de la ciudad y que, en este caso, adecentó la pared que quedó descubierta tras la urbanización de la plaza Pablo Neruda en 1989.
Después de una primera propuesta fallida de mural, se decidió hacer este trampantojo, que retrata a 26 personajes barceloneses integrados en un edificio que reproduce una fachada del Eixample y que se inauguró en 1992. Entre ellos aparecen desde personajes de la política como Lluí Companys o Josep Tarradellas a artistas como Joan Miró o Carmen Amaya.
La lista completa de los protagonistas es: Joaquín Blume y Cristóbal Colón; en la quinta planta, Santiago Rusiñol; en la cuarta, Àngel Guimerà y Margarita Xirgu; en la tercera, Joan Maragall, Pompeu Fabra, Francisco Ferrer Guardia, Narciso Monturiol e Ignacio Barraquer; en la segunda, Antoni Gaudí, Bartomeu Robert, Ildefonso Cerdá, Francisco de Paula Rius y Taulet, Francesc Macià, Lluís Companys y Josep Tarradellas; en la primera, Jacinto Verdaguer, Joan Miró, Carmen Amaya, Pablo Picasso, José Anselmo Clavé, Pau Casals y Antonio Machín; y en la planta baja, Raquel Meller y Mercè Rodoreda.