La irrupción del covid-19 hizo que muchos restaurantes entendieran el valor del take away. También cambió los hábitos de los clientes y ahora en Navidad no iba a ser diferente. Y siendo honestos, ¿quién quiere cocinar cuando ya existe quien lo hace mucho mucho mejor que nosotros?
La Cachapera
Es difícil explicar qué es una cachapa si no se ha probado nunca, pero podríamos decir que un crep de maíz dulce relleno, como mínimo, de queso. Y qué mejor sitio para probarlo que La Cachapera.
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Can Culleretes
Algo deben estar haciendo bien en Can Culleretes (Carrer d’en Quintana, 5) para seguir siendo el restaurante más antiguo de Catalunya. La pandemia, como a tantos otros, les obligó a renovarse y ahora puedes pedir sus míticos canelones a domicilio, un plato que fuera de Catalunya suena a italiano (y que, según cuentan, trajeron los cocineros italianos que trabajaban para la burguesía barcelonesa del siglo XIX) pero que a nosotros nos suena a un imprescindible de la mesa en familia y amigos.
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Yakumanka
Uno de los mejores peruanos de la ciudad, obra del laureado chef Gastón Acurio que lanzó durante la pandemia otro proyecto de take away, Ala Broder, quizá las mejores alitas que hemos probado, aunque por desgracia la iniciativa anda parada. Por lo demás, Yakumanka está un paso por encima del resto de la gastronomía peruana de la ciudad.
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La Bodegueta de Sant Andreu
A veces pareciera que Barcelona se limitara a unos cuantos barrios céntricos, pero salir de allí te lleva a conocer joyitas como La Bodegueta de Sant Andreu (Rambla de Fabra i Puig, 30), un clásico donde se come de escándalo y cualquier tapa de la carta es un acierto. Son famosas con razón sus croquetas y sus tortillas, pero reserven hueco para el resto.
👉 Puedes pedirlo a través de su teléfono (656 376 842)
Fat Veggies
Dijimos en su día que Fat Veggies (Carrer de París, 168) es el ejemplo de cómo deberían ser los restaurantes del futuro y lo mantenemos. Cocina con materia prima de proximidad, cargada del sabor que dan las brasas y sin presencia cárnica. Hablar de Fat Veggies como un restaurante vegetariano es desmerecerlo, dejarlo en la etiqueta.
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Casa Díaz
Este restaurante venezolano ostenta el título a las mejores bravas de Barcelona (las terceras mejores del mundo). Y además preparan estos panes de jamón como el de la foto, un clásico de la cocina navideña venezolana.
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Can Cargolet
Otro mítico de la ciudad ubicado en el barrio de Sant Antoni, a Can Cargolet (Carrer del Comte d’Urgell, 17) se puede ir por muchos motivos pero sobre todo para probar sus guisos de caracoles, como el de caracoles con cigalas o el de conejo. Tampoco te puedes perder sus alcachofas a la brasa.
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Warike Project
Otro restaurante peruano, pero más gamberro, más callejero. La especialidad de Warike (Carrer de Bilbao, 24, 28) son las carnes asadas al cilindro. El pollo asado es uno de los mejores que hemos probado. ¡Y la panceta! Qué decir de la panceta más allá de que se deshace en la boca.
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Bar Alegría
El Bar Alegría (Carrer del Comte Borrell, 133) es el perfecto ejemplo de lo que pasa con un bar de toda la vida cuando alguien joven y con ganas lo coge y lo hace suyo. Imprescindible su tortilla trufada.
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Silan
Cocina de Oriente Medio elevada a la máxima potencia es una buena forma de definir lo que hacen en Silan ( . Panes caseros, hummus y baba ganush, kebab al plato. Un imprescindible de la ciudad para poder hablar de este tipo de comida.
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Va de Cuina
Va de Cuina es el proyecto de comida para llevar de Jordi Vilà, un referente de la gastronomía de la ciudad, chef de Alkimia y Al Kostat. Platos y productos de lujo para disfrutar en casa.
👉 Puedes pedirlo por teléfono (936 055 715)
A Pluma
No importa lo simple o aparentemente fácil que pueda ser un plato para que alguien pueda hacer notar la diferencia del trabajo bien hecho. Esto pasa en A Pluma con sus pollos a l’ast, unos de los mejores de Barcelona, pero también pasa con sus canelones, sus macarrones al horno e incluso su ensalada de tomate.
👉 Puedes pedirlo a través de su Instagram
GoXo
GoXO, que tiene también cuenta de Instagram y 300.000 seguidores, se define a través de dos conceptos: “comida casera imaginativa” y “gochismo ilustrado”. Esta idea se ve mejor a través de platos como lentejas estofadas al curry con gambones, hierbabuena y mantequilla de limón o gnocchis de patata con Bolognesa de chorizo de León ahumado y crema de mandarina antigua. El precio medio es de entre 20 y 25 euros por persona, aunque puede dispararse algo más.
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