Este lunes la Ronda Sant Antoni, en estado de excepción desde que hace 15 años se instalara el mercado provisional de Sant Antoni para su reforma, ha reabierto parcialmente. Pero lo ha hecho con una sorpresa: la ronda, que se esperaba totalmente peatonal, ha recuperado dos carriles para coches.
Se ha sabido a última hora, cuando, tras más de 10 meses de obras, los últimos avances de la reforma y ahora la reapertura parcial de la Ronda en el tramo 1 de la reforma (el que va de Villarroel a Comte d’Urgell) han dejado al descubierto dos de circulación para coches: : uno de circulación y otro de aparcamiento y carga y descarga.
Ahora que se ha reabierto ha generado polémica. Los partidarios de la pacificación denuncian que esta reforma es menos peatonal y que ahonda en al frontera entre el Raval y el Eixample. Por su parte, la Plataforma d’Aectats per la Llosa, que apostaba por un doble carril de circulación (como antes de la reforma), se muestra satisfecha. ¿Por qué hay tanta polémica con una sola calle?
¿Se ha añadido un carril de coches inesperado? Los cambios en la reforma
Lo más llamativo de esta reforma es el aspecto de esos dos dos carriles que han aparecido, pavimentados con asfalto negro y a un nivel más bajo que la acera (con aspecto «normal» de carril de coches, para entendernos), que se aleja de las plataformas únicas compartidas para coches y peatones (al estilo de Consell de Cent) a las que las últimas reformas urbanísticas del gobierno de Ada Colau había acostumbrado.
Desde el actual ayuntamiento, no obstante, defienden que la reforma respeta el proyecto original, aprobado por el gobierno anterior. Este proyecto incluía un carril bus y de carga y descarga en el tramo que acaba de reabrir, con la diferencia de que lo imaginaba de «piedra y no de asfalto», es decir, del mismo material que la acera por lo que, presumiblemente (en el proyecto no se especifica), de plataforma única.
Desde el Ayuntamiento argumentan que si el proyecto original ya incluía la circulación de 7 líneas de bus y vehículos de carga y descarga el cambio de materiales o de nivel de la plataforma no es sustancial. Además, consideran que será un carril lento que no será de paso habitual para coches particulares. Por un lado están los buses parando y por el otro, los coches de carga y descarga y por el otro, pasar por él no reporta beneficios ya que se vuelve a la calle Urgell igual que si se doblara antes por Tamarit antes de recorrerlo.
No obstante, y a pesar de «respetar» la reforma, el aspecto final de la avenida dista mucho de la promesa de una vía peatonal que se había hecho, con dos carriles exclusivamente de circulación que reducen bastante el espacio peatonal y lo destinan a coches que podrán aparcar en la zona de descarga los fines de semana.
¿Qué ha cambiado el ayuntamiento?
Finalmente, explican que solo se han realizado cuatro cambios menores:
Tramo 1 (de Villarroel a Comte d’Urgell)
- Invertir la posición del cordón de servicio. Se cambia la posición del carril de servicio en el tramo entre c/Comte Urgell y c/Villarroel para situarlo en la acera del lado de Ciutat Vella, dado que esta tiene mayor necesidad de servicios.
- Material de la calzada. El pavimento de granito de la calzada se sustituye por asfalto para garantizar una mejor conservación y mantenimiento debido al paso del autobús, sin que esto implique modificaciones en la movilidad prevista.
Tramo 2 (Rda. Sant Pau entre Riera Blanca i la Plaça del Pes de la Palla)
- Será una plataforma única pacificada.
- Tendrá acceso para vehículos únicamente de vecinos. Ajustes de movilidad para favorecer una plataforma de estancia, con el mínimo de vehículos, permitiendo el paso a residentes.
- Reorganización de parterres que define zonas de estancia claras y garantiza una mejor convivencia entre los distintos usos.
¿Por qué hay tanta polémica?
Como dicen desde el ayuntamiento, la reforma de esta calle está politizada. La peatonalización de la Ronda Sant Antoni hace 15 años para instalar el mercado provisional de Sant Antoni durante su reforma, y la posterior aparición de la famosa losa (la plataforma de cemento sobre la que estaba el mercado provisional y que quedó durante años como plataforma peatonal) han mantenido durante casi dos décadas a esta importante vía en la discordia.
Aunque parecía imposible en un principio, la calle se ha mantenido peatonal durante 15 años, en uno de los primeros ensayos de peatonalización (muy anterior a las superilles) que se realizaba en una vía importante de la ciudad. Hoy en día se hace difícil imaginar que por esa calle circularan 4 carriles de coches.
Mientras el mercado provisional ocupó el espacio no hubo grandes problemas, ya que se consideraba una causa de fuerza mayor, pero cuando el espacio quedó vacío, ocupado solo por esa losa peatonal, empezó la polémica.
El espacio, ocupado intensamente por los vecinos, supuso, para muchos, la cicatrización de la herida simbólica que separa el Raval de las rentas bajas del Eixample más pudiente. Para otros, el uso peatonal y vecinal del espacio (con muchas familias y menores jugando en él), junto con otras ocupaciones más conflictivas (el «mercado de la miseria» que se ha instalado repetidamente) ha supuesto una degradación del lugar y un conflicto de convivencia.
Ahora, el camino del medio que ha supuesto esta reforma, deja el conflicto en el aire. El carril de circulación recupera los coches, pero mucho menos que antes y las pérgolas y parterres de la zona peatonal mantienen el uso vecinal, pero lo recortan notablemente gracias a su disposición, que evita grandes espacios donde, por ejemplo,jugar a pelota, y con banco encarados, en buena parte, hacia la calle por donde pasan los coches, evitando juegos muy expansivos.
En definitiva, al igual que la conexión del tranvía, la peatonalización (o no) de la Ronda de Sant Antoni es un choque habitual cuando una zona humilde y otra que no les toca entrar en contacto mediante reformas urbanísticas. Y de ahí la politización de esta reforma.
¿Qué reformas quedan ahora?
Coincidiendo con esta reapertura, comienza la segunda fase de las obras que conectará la ronda con la superilla de Sant Antoni y la plaza del Pes de la Palla. Esta última se transformará completamente e incluirá una nueva área de juegos infantiles.
El proyecto completo, con una inversión de 10 millones de euros, tiene prevista su finalización en junio de 2025.