Es momento de revisarse, y a Barcelona le toca afrontar una pregunta incómoda: ¿Ha sido el esclavismo una industria clave para explicar el auge económico de Catalunya y Barcelona a finales del s.XIX? ¿Son el modernismo, la Exposición Universal, los edificios de Gaudí o el Eixample producto del tráfico de esclavos? La pregunta es dura pero la respuesta, probablemente afirmativa, al menos en parte, lo es aún más.
Así lo afirma, al menos, el documental «Negrers, la Catalunya esclavista» que TV3 retransmitía hace unos días, en el que se revisa la intensa relación que Cataluña tuvo con el esclavismo durante el s.XIX, ejerciendo de transportista para llevar decenas de miles de personas africanas hasta América para explotarlas como esclavas.
Los indianos son una figura icónica en el imaginario catalán: aquella persona que se iba sin dinero a hacer las américas para volver forrado al cabo de unos años. Lo que no se solía contar en esta epopeya es que quizás, buena parte del dinero que hicieron esos indianos provino, en su momento, del tráfico de esclavos.
Un urbanismo de origen polémico
Como se explica en el documental, familias como las Vidal Quadras, los Conill, Xifré, Goytisiolo o los López hicieron al menos una parte de sus fortuna comerciando con personas. Su dinero se tradujo en poder con acciones en algunas de las principales compañías y bancos de la ciudad, como el Banc Hispanocolonial, la Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas, origen de Naturgy, o el Banc de Barcelona.
Pero ese poder y ese dinero, también se reflejaron en la ciudad. Palacios, plazas, monumentos, edificios… En un país que fue uno de los últimos en abolir la esclavitud -no lo hizo completamente hasta 1886-, ciudades como Barcelona esconden en sus calles la historia reciente de esta práctica y la explican en voz baja, a través un rastro de edificios que nos muestran cómo de influyente fueron estas familias, hasta el punto de modelar, en parte, el urbanismo de la ciudad.
El edificio del Ateneu Barcelonés, el Palau Moja en Portaferrissa, la estatua a Colón….Hoy recorremos algunas, no todas, de las señales de los negreros en Barcelona, intentando hacer memoria y revelar una época triste de la historia de la ciudad que ahora empieza a ser revelada.
La plaza Idrissa Diallo, antigua plaza Antonio López
Este espacio es, quizás, uno de los más populares en lo que refiere a la historia negrera de la ciudad. Antonio López, marqués de Comillas, fue un conocido esclavista, tan poderoso que llegó a tener una plaza y una estatua a su nombre al final de una Via Laietana cuya construcción, en 1902, fue una de las grandes obras de conexión entre el Eixample y el puerto de la Barcelona de principios de s.XX..
La ciudad tuvo dedicada una plaza a López hasta 2021, momento en que las protestas populares consiguieron que el espacio cambiara de nombre para pasar a recordar la memoria de Idrisa Diallo (Guinea, 1991 – Barcelona, 2012). Diallo llegó a España saltando la valla de Melilla, donde fue detenido y trasladado al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona. Dos semanas después murió en el hospital al que se le trasladó desde el CIE por una insuficiencia respiratoria.
Palacio de Marqués de Comillas (Palau Moja)
El gran palacio que hace esquina entre la calle Portaferrissa y las Ramblas es una de las señales del poder que tuvo el Marqués de Comillas gracias al tráfico de esclavos, que algunos estudios revelan que ejerció tanto de forma legal, cuando la práctica estaba permitida, como ilegal, cuando esta se prohibió.
El Palau Moja fue solo una de las adquisicones del Marqués, que también tenía un palacete en Paseo de Gracia. López murió el 16 de enero de 1883 en el Palau Moja. Como se explica en este artículo de El Español, tan solo un día antes, el papa León XIII firmó una bula donde se le perdonaban todos los pecados que hubiera podido cometer durante su vida.
Ateneu Barcelonés
En el edificio de lo que ahora es el Ateneu Barcelonés, emblema de las letras y la cultura catalana, residió el esclavista Jaume Torrents Serramalera, que controlaba su flota desde ahí. Serramalera nunca llegó a formar parte del Ateneu, ni de las entidades previas que lo formaron, solo vivió en el que ahora es el edificio y murió mucho antes.
Estatua a Joan Güell
Aunque no existen pruebas documentales de la participación directa en el negocio de la trata de personas, en el mismo documental «Negrers. La Catalunya esclavista» se explica que muchos expertos están de acuerdo en que sí se puede demostrar, al menos, que los Güell (sí, los del Park o el Palau) financiaron expediciones que iban a destinadas a ese fin.
El documental cuestiona el papel de uno de los personajes más prominentes del auge económico catalán y uno de los nombres que más nos suenan estos días gracias al intenso legado arquitectónico que han dejado los edificios y parques que se promovieron desde esta familia.
Monumento a Colón
Hace unos años, una polémica propuesta de la CUP pedía derruir la estatua de Colón del puerto de Barcelona por considerarla un símbolo del colonialismo. La propuesta levantó polvareda y no prosperó, pero la mirada sobre el monumento ha cambiado, y a día de hoy las manifestaciones decoloniales del Día de la Hispanidad suelen pasar por el monumento para señalarlo.
Más allá de ser uno de los grandes símbolos de la Exposición Universal de 1888, episodio justo posterior a la época más prolífica del tráfico de esclavos, el monumento incluye bajorelieves entre los escudos de Puerto Rico y Cuba que reproducen una escena de los primeros cautivos y en la base del monumento hay dos esculturas de indios arrodillados a los pies de un fraile y un capitán.
Una ruta por la ciudad que tiene muchos puntos
López, amigo de Güell –del que acabaría siendo consuegro– fundó Tabacos de Filipinas, cuya sede se levantó en la Rambla y hoy es el hotel 1898, justo al grente del Palau Moja, que hoy es la sede de la dirección general de Archivos, Bibliotecas, Museos y Patrimonio. También fundó el Banco Hispano de Crédito, para el que alzó uno de los primeros edificios de la Via Laietana, hoy el BCN Hotel Colonial. Todos estos edificios van punteando la ruta que tiene muchos puntos.
La Llotja de Mar (donde se fundó la Lliga Nacional antiabolicionista) o el monumento al general Prim (que fue gobernador de Puerto Rico y reprimió las revueltas de esclavos)…Barcelona está salpicada de restos que nos hablan de un pasado más o menos oculto en la ciudad que ahora empieza a salir a la luz. Todo depende de cómo mirar, Barcelona tiene muchas caras, y siempre es bueno conocerlas a todas para tiene total consciencia de la ciudad donde vivimos.