¿Qué pasaría si te dijéramos que algunos barrios de Barcelona tienen su propia Día de la Independencia? ¿Y qué antes de ser barrios eran pueblos con administraciones propias, y que incluso, en algunos de ellos, se celebraron manifestaciones en contra de su anexión a Barcelona?
No, no te estamos tomando el pelo. Hace poco más de 100 años, muchos de los barrios de la actual Barcelona eran vilas independientes con su historia particular, y no les hizo ninguna gracia unirse a la gran ciudad.
Y aunque a día de hoy no lo parezca, durante muchos años Barcelona fue sólo lo que hoy conocemos como Ciutat Vella (más o menos). La ciudad de hoy es una Barcelona moderna, asfaltada, con metro y, sobretodo, con barrios que antes no existían. Por eso, todavía hoy, si paseas por Horta, Sants o Sarrià verás casitas bajas y calles peatonales que te harán olvidar, por unos momentos, que estás en una gran metrópoli europea.
Nosotros nos hemos puesto un poco nostálgicos, y porque negarlo, un poco barrionalistas, si es que existe la palabra. Porque en una Barcelona cada vez más gentrificada y que poco a poco pierde su identidad para parecerse cada vez más a otras grandes urbes del mundo, no pedimos la independencia, pero sí que queremos reivindicar la singularidad de sus barrios y de su vida vecinal y comunitaria.
Así que, si eres barcelonés y te interesa saber cuándo debes celebrar el día de la Independencia de tu barrio, te contamos aquí su historia.
El Eixample, el primer paso hacia la unificación
Todo empezó en 1860, con el Pla Cerdà, un proyecto urbanístico innovador y no exento de polémicas que creó el modelo del actual Eixample. Con él, quedaron conectados entre si muchos de los pueblos que ahora conforman los barrios de Barcelona.
Pero, te preguntarás, ¿qué había antes de todo esto? Para resolver la pregunta tenemos que escuchar a nuestros abuelos. Si eres barcelonés, es muy posible que durante tu infancia les hayas oído decir aquello de «todo esto antes eran campos» sin entenderlos muy bien.
«Cosas de mayores» pensabas seguramente, pero poca razón les faltaba, porque el Eixample no se construyó de un día para otro y lo que separaba a los pueblos de la antigua Barcelona eran grandes extensiones de campo. A medida que la ciudad crecía y con el impulso del Pla Cerdà, era cada vez más difícil separar los límites de lo que era Ciutat Vella de lo que eran las antiguas villas.
Por esta razón, en 1874 el alcalde de Barcelona Rius i Taulet propuso la unificación municipal. Sin embargo, los municipios no querían perder su independencia y preferían mancomunarse a Barcelona antes que pasar a formar parte de ella. En la antigua Vila de Sarrià, por ejemplo, se llevaron a cabo varias manifestaciones en contra de esta anexión.
Por otro lado, el gobierno central tampoco veía con buenos ojos la unificación que proponía Rius i Taulet del llano de Barcelona, ya que temía que la capital catalana superara en tamaño a Madrid.
1897: El año de la derrota (o de la unificación de Barcelona)
La capital catalana no desistió nunca de su idea de absorber a los pueblos de su alrededor y tras varios intentos, el año que marcó un antes y un después en el calendario fue 1897, cuando el gobierno del Estado accedió a la petición del alcalde Rius i Taulet de unificar lo que se conocía como el Pla o Llano de Barcelona.
Eso sí, el gobierno central tenía también sus propios intereses, y sólo concedió el permiso de la unificación a cambio de recaudar más fondos para la guerra que se estaba librando en Cuba.
Si Barcelona anexionaba los municipios que la rodeaban, el volumen de impuestos que se recogerían para pagar la deuda que estaba provocando la Guerra de la Independencia Cubana sería mayor.
Así que, el 20 de abril de ese año, las villas de Gràcia, Sant Martí de Provençals, Sants, Les Corts y Sant Andreu del Palomar pasaron a formar parte oficialmente de Barcelona. Y como a los catalanes nos gusta celebrar las derrotas, podríamos decir que este día es el Día de la Independencia, o de la Derrota, de los barrios de la ciudad.
Sólo Horta y Sarrià conservaron su independencia. Horta se anexionó al cabo de pocos años, en el 1904, sin embargo Sarrià siguió siendo una vila independiente hasta 1921.
Así que, depende de donde vivas, celebrarás tu día de la Independencia el 20 de abril (Gràcia, Sant Martí, Sants, Les Corts y Sant Andreu), el 9 de julio si eres de Horta o el 4 de noviembre si eres de Sarrià.
Barcelona son los barrios
Todavía hoy, Barcelona son los barrios. Aunque cuando paseamos por el Passeig de Gràcia y cruzamos la Gran Vía sintamos que vivimos en una gran ciudad, es cierto que la vida en los barrios, para muchos, es una vida muy distinta.
Nuestra ciudad, por suerte, nos ofrece lo mejor de los dos mundos: planes infinitos, lugares y rincones secretos que conocer, decenas de opciones de ocio, de cultura y de espectáculos, pero también la intimidad de conocer al pescadero del mercado y que te guarde la mejor pieza cada semana.
Así que sí, probablemente cuando eras adolescente y salías a escondidas con esa persona y creías que tus padres no lo sabían, entre ellos ya se habían conocido en la librería y habían hablado de vosotros.
Con esto queremos reivindicar que todavía existe una Barcelona comunitaria y vecinal, alejada de la gentrificación y el turismo masivo donde los vecinos son los protagonistas.