Montjuïc es la gran montaña de la ciudad. Frente a la majestuosidad del Tibidado y su iglesia, que parecen controlar a Barcelona desde la zona alta de la ciudad, Montjuic es la montaña del mar y la zona baja, la montaña del pueblo, la primera a la que empezaron a encaramarse los barceloneses cuando la urbe empezó a crecer.
El monte es historia de la ciudad. En sus laderas se han encontrado los primeros restos, íberos y laietanos, de presencia humana en Barcelona. Aquí estaba el cementerio en el que los judíos enterraban a sus muertos en la Edad Media para no tener que enterrarlos dentro de las murallas de la Barcelona cristiana, dándole así el nombre a la montaña: Monte Judío.. En las cuestas de esta montaña se instalaron los obreros de la ciudad construyendo el barrio del Poblesec y también los barrios de barracas, y desde el castillo construido en lo más alto de Montjuic la ciudad fue bombardeada en demasiadas ocasiones.
Las fuentes de Montjuic fueron las primeras piscinas de la ciudad (y son, día de hoy, su espectáculo más popular), su cementerio es, todavía, el cementerio de toda Barcelona y su anilla olímpica será, para siempre, el centro de los Juegos que presentaron a la ciudad ante el mundo.
Montjuic es, en definitiva, parte central de la historia de la ciudad. No obstante, la gran montaña sigue siendo una gran desconocida. Fuera del MNAC, el castillo o el Estadio Olímpico, cada vez que subimos descubrimos nuevosrincones y curiosidades que nos demuestran que aún quedan muchos secretos por descubrir entre sus jardines y sus rampas. Nosotros te traemos esta guía para contarte qué ver en la montaña, y esperando que, más adelante, tu nos cuentes algunos secretos que hayas descubierto tu.
Faro de Montjuic, la última ruta secreta de la ciudad
No os revelaramos cómo se llega hasta el faro de Montjuic, porque encontrar su camino, secreto como pocos, es parte de la aventura de llegar hasta él. Muchos lo habréis visto circulando por la Ronda Litoral, o emitiendo señales luminosas desde la ladera de la montaña mientras paseáis por la playa de la Barceloneta., pero nunca habías imaginado que se puede llegar a el.
El faro, construido en la ladera de la montaña en 1906, sigue activo, pero tiene ya pocas funciones después de la construcción del puerto y la Zona Franca, que deja a la antorcha muy lejos del agua. No obstante, las vistas desde esta torre sobre la costa barcelonesa son espectaculares, y la llegada hasta el, una verdadera aventura de las que ya no quedan en la ciudad.
Bodega Amposta, alta bodeguería tras la montaña
Pocos reclamos mejores para un local que estar siempre lleno a pesar de estar fuera lejos de las rutas habituales de restaurantes. A la Bodega Amposta se va, no se llega, y a juzgar por su aforo, siempre completo, son muchos los que van hasta la falda de Montjuic para probar lo que ofrece una de las grandes bodegas de la ciudad.
La propuesta es simple y compleja. La cocina y el producto tradicional de una bodega, pero con toques innovadores, con guisos muy bien paridos que buscan más elaboraciones clavadas que innovaciones técnicas. Un lugar para ir a salir muy contento. Ojo al «menú bodega», que por 35 euros te ofrece un verdadero festival con entrantes de nivel.
📍Carrer d’Amposta, 1, 08004 Barcelona
Parque Joan Brossa, el parque con instrumentos musicales gigantes y gratuitos
El parque de Joan Brossa es un homenaje al poeta surrealista que da nombre al espacio. Está construido en la zona que una vez ocupó el parque de atracciones de Montjuic, y los más viejos recordarán, de hecho, algunos edificios que todavía se conservan.
Ahora, el parque es una zona verde con una particularidad: sus atracciones y mobiliario no son bancos o toboganes, si no instrumentos musicales gigantes. Para tocarlos, hay que caminar o saltar encima de ellos, apretarlos o, simplemente, cantar para que nos escuchen a distancia. En una especie de desafío divertido, las curiosas estructuras musicales esperan quietas en el parque a que lleguemos a sacarles sus mejores notas.
Bar Marcelino, la caña con vistas más barata de la ciudad
En Barcelona los chiringuitos suelen ser más bien un sinónimo de comida y bebida mala y cara, antes que lugares a donde ir a tomar algo relajadamente. Por suerte, existen excepciones, y el Bar Marcelino es una de ellas. Este quiosco, situado en uno de los parques de Montjuic, es una humilde caseta donde se sirven bebidas sin más, pero que tiene un aliciente, unas vistas espectaculares sobre la ciudad. Un lugar de los que uno querría tener más en Barcelona.
Escalada gratis en La Foixarda
La escalada está de moda, no por nada, el rocódromo más grande de Europa está en Barcelona. Pero hay un lugar en Montjuic donde escalar sale gratis y se hace al aire libre, un rocódromo excelente para aquellos que quieran iniciarse en el deporte que enfrenta al hombre con la montaña.
Se trata de la zona de La Foixarda. Ahí encontrarás, aparte de paredes de roca para escalar con cuerda, un largo túnel convertido en rocódromo, en el que puedes poner en práctica tus habilidades sirviéndote solo de manos y pies. A pocos metros encontraréis el Climbat, un rocódromo al uso que podréis usar cuando ya os hayáis convencido de que la escalada es uno de los grandes deportes que existen.
Teatre Grec, teatro del bueno excavado en la motntaña
Aunque nos hubiera encantado decir que se trata de un teatro que construyeron los antiguos griegos y que ha sobrevivido hasta ahora, la verdad es que se construyó en 1929 con motivo de la celebración de la Exposición Universal. Aunque no por esto es menos especial. Para llegar a él debes atravesar un romántico jardín de rosas con parterres geométricos, pérgolas y terrazas.
El Teatre Grec está inspirado en el Teatro de Epidauro, construido en Grecia en el siglo IV a.C, y desde el 1976 acoge en verano el Festival Grec, que desde entonces se ha convertido en una cita imprescindible para los amantes del teatro, la música y el circo.
Petit Montjuïc, cocina catalano-argelina
A apenas unos metros de los Jardines del Teatro Grec se encuentra esta pequeña joyita escondida. Petit Montjuïc, con su modesta terraza y su coqueto local, es una parada obligatoria para los vecinos de la zona y los paseantes de la hora del vermut. Su propuesta gastronómica es la fusión de la cocina catalana con la argelina, y de ahí surgen platos tan maravillosos como su cous cous de ternera, sus mandonguilles o sus bravas. Barcelona en estado puro: taberna de toda la vida marinada con las influencias de fuera.
📍 Carrer de Sant Isidre, 2
Teatre dels Sentits, el teatro desconocido de la montaña
De Montjuic conocemos un antiguo edificio militar, el Castillo y un teatro famoso, el Lliure, rey de la programación teatral de la ciudad. Pero la montaña esconde en su cara más oculta, la que mira hacia el barrio de La Marina del Prat Vermell, otro antiguo edificio militar, el Polvorín del castillo, que alberga un desconocido teatro de nombre evocador, el Teatre dels Sentits.
El espacio es un centro de investigación sobre los sentidos en el que todas las obras que se presentan investigan sobre la «tiranía de lo visual» para explorar otros códigos ( táctil, olfativo, auditivo, propioceptivo…) en sus obras. Un lugar único y mágico en la cara más desconocida de la montaña a cuyo escenario vale la pena acercarse para explorar con todos los sentidos abiertos.
Palauet Albéniz, el palacete escondido de la montaña
El Palauet Albéniz tiene una belleza imponente; de esas que no pasan desapercibidas cuando uno está dando un paseo por Montjuïc. Sin embargo, es una joya relativamente escondida y pocos se paran a contemplarla.
Rodeado por los jardines de Joan Maragall, fue construido con motivo de la Exposición Universal de 1929 para alojar a la familia real durante su estancia. Pero lo que realmente nos interesa es su arquitectura, de estilo neoclásico.
Está construido con piedra y ladrillo, y cubiertas de pizarra. Su distintivo principal es que no sigue las pautas de la arquitectura mediterránea, sino la de la corte madrileña. Tiene influencias del palacio de La Granja y del monasterio de El Escorial. Sin embargo, los dos leones esculpidos en la entrada proceden del Palau Reial de Pedralbes.
Bodega Pasaje 1986, bodegas de centro en la periferia
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La Bodega Pasaje 1986 forma parte de una tendencia de la restauración: repensar las zonas donde encontrar alta gastronomía. Lejos del Eixample o de Ciutat Vella, este restaurante , liderado por Xavi Alba, ex de Tickets, acerca la gran cocina a barrios donde esta no acostumbra a estar, pero mantiene los precios que sí suelen estar, consiguiendo una combinación imbatible.
Algunos de los platos estrella son la caballa en escabeche, los calamares rellenos y una ensaladilla rusa singular inspirada en la del restaurante Suculent. Además, su terraza es otro aliciente para alejarse del centro urbano y venir aquí a saborear la vida lenta.
Parc del Mirador del Poblesec, el paseo desconocido por la montaña
La montaña verde la Barcelona guarda muchas sorpresas y este paseo, que nos lleva por sus laderas es, sin duda, uno de ellos. En un recorrido singular, el parque nos ofrece una de las caras menos habituales de la montaña: en lugar de pasearnos por su interior, nos guía por su exterior.
Desde el Poblesec hasta Miramar, pasando por corredores horadados, literalmente, en la ladera de la montaña, el parque del Mirador ofrece unas vistas y un recorrido privilegiado, que nos muestra una cara poco conocida de la montaña y unas vistas increíbles sobre el puerto de la ciudad.